En su mayoría las condiciones laborales e interacciones en la fuente de trabajo, delatan un escenario perfecto para llevar a cabo y presenciar diversos experimentos psicológicos y sociales derivado de las diplomacias y adversidades naturales que ocurren justo delante de nuestros ojos. Las condiciones físicas, el estrés, las relaciones y sobre todo el ambiente de cualquier empresa compartida colectivamente por humanos que pasan más tiempo en el trabajo que en casa, crean tendencias y reacciones interesantes que deben ser comprendidas y apreciadas por cada especialista en recursos humanos o cualquiera con una exposición sustancial a cuestiones del trabajo. La amplitud y profundidad de los comportamientos y patrones psicológicos y psicosociales en el lugar de trabajo es tan diversa y profunda como el mismísimo espíritu y abismal diversidad de cada individuo.
Sin embargo, rara vez hemos percibido y estudiado psicológicamente (y ahí hemos errado) a la fuente de trabajo como una entidad separada e identificable con existencia propia con comportamientos, patrones y a partir de ello, con reacciones previsibles y predecibles.
Como breve nota introductoria, esta separación en el ámbito legal (individuo y empresa) ha tenido una clara dicotomía desde el Derecho Romano. En última instancia, el titular de la personalidad jurídica (necesario para contratar) es identificable como persona moral, y hay dos tipos de personas en el mundo legal que son estudiadas y tratadas por separado:
1) Naturales que son individuos que adquieren la personalidad al nacer y;
2) Las personas morales, como las Sociedades (empresas) que adquieren la personalidad en el momento de la constitución y que también se mencionan, se estudian, reclaman y consideran diferentes de todas las personas que la conforman.
Esta antigua y clara distinción permite a todo el mundo entender y navegar por el mundo legal mientras trata con personas y entidades por separado (es una distinción a la que estamos tan acostumbrados, que uno podría ni siquiera detenerse a pensar). Sin embargo, psicológicamente podría pasarse por alto con bastante regularidad, que todas las entidades o empresas (aparte de las personas que las constituyen) también tienen una acumulación psicológica, cargas y bagajes intangibles que determinan mucho en términos de éxito o fracaso empresarial productividad, relaciones gerenciales y humanas, galardones o sobre todo el reconocimiento social y económico.
Al igual que los individuos, todas las entidades se componen de rasgos culturales, conductuales y naturales que crean el producto final que permitirá a una empresa prosperar o fracasar en un modelo económico y en un entorno capitalista que en la mayoría de los casos implica una competitividad y ritmo que acelera sin fin y que podría considerarse una locura en el mejor de los casos. La psicología industrial u ocupacional como un campo de práctica aceptado ha crecido cada vez más para aceptar y entender los problemas del lugar de trabajo no sólo desde el nivel del individuo, sino más importante desde la comprensión de los fenómenos conductuales que se derivan de, y en las organizaciones mismas, aunque sigue habiendo mucho por hacer.
Como asesores laborales y consultores de negocios, este enfoque panorámico de la ley y el comportamiento en el lugar de trabajo es la materia prima con la que debiésemos operar. Cada organización funciona, se comporta y muestra diferentes patrones que si se identifican y analizan, en última instancia servirían como estrategias legales preventivas, de gestión de riesgos y para evitar costosos litigios. Lo que marca la diferencia entre verdaderos consultores de recursos humanos y negocios no es sólo una preocupación por las pautas de comportamiento de cualquier empresa, sino además, contar con la capacidad de discernirlos y descubrirlos, acompañado de un talento para analizar, aprender y utilizar estos patrones a favor de cada cliente.
A diferencia de los Estados Unidos (EE.UU.) o del el Reino Unido, la Ley Federal del Trabajo establece reglas mínimas de compromiso que deben cumplirse en todas las relaciones laborales y que pueden ampliarse de acuerdo con las políticas y posibilidades de cada empleador. Sin embargo, esta ley establece las reglas basicas para todas las relaciones laborales en el país, luego entonces, crea un escenario perfecto y objetivo para que los consultores analicen cada organización desde un punto de partida legal y equitativo, luego entonces:
“Si 5 empresas del mismo sector operan con exactamente los mismos paquetes de beneficios laborales, las mismas horas de trabajo y se encuentran a una distancia geográfica de 20 kilómetros… ¿qué es lo que hace que una empresa se destaque en términos de productividad y éxito? ¿Por qué, bajo las mismas circunstancias, una organización puede prosperar mientras la otra desaparece?”
La consultoría laboral y empresarial no se trata sólo de cumplimiento y legalidad, sino más bien, del conocimiento específico conductual y operativo de cada cliente para poder sacar lo mejor de los recursos humanos, potencializar la producción y evitar complicaciones en una economía de corte netamente impersonal. El conocimiento jurídico es sólo el primer requisito para un consultor laboral, esto debido al hecho de que el éxito en la gestión y productividad de los recursos humanos está la mayor parte del tiempo, supeditado a ciertas reglas psicológicas y culturales que constituyen autenticas normas de comportamiento.
Cada organización siempre debe ser vista e identificada como una entidad con características propias e internas de comportamiento que debiesen ser comprendidas por los accionistas y ejecutivos para poder ser exitosos en un sistema donde el respeto, la equidad y la gestión son igual de importantes para el éxito como la legalidad lo es para el
cumplimiento “compliance”.
Los consultores legales, por lo tanto, debiesen dar cuenta de la confianza que cada empresa les impone y ser conscientes y responsables en cuanto a acercarse al conocimiento de las características culturales, sociales y conductuales de cada lugar de trabajo para garantizar el mayor éxito posible… Consultoría consciente.