Por: Emilio Guerra Díaz
Consejero de Confío
Publicación original en: www.expoknews.com
Una lectora de este espacio Fundaciones Empresariales, nos envió la liga de un artículo publicado en Navarra, España con el título “CEN y Fundación Lealtad promueven la transparencia en las ONG” que puede ser consultado aquí http://navarracapital.es/cen-y-fundacion-lealtad-promueven-la-transparencia-en-las-ong/. Dicha persona cuestionaba, “ojalá que en México también tuviéramos organizaciones que nos ayudaran con los donantes, ya que tenemos que batallar contra todas las desconfianzas que las tranzas de algunos políticos nos generan al crear sus fundaciones pues nos pasan a amolar…” Acordamos entonces que no le contestaría su correo y que mejor le “platicaba” de lo que sí está pasando en México en un artículo especial que abordara el tema.
El tema del manejo transparente y capaz de rendir cuentas tanto al donante sobre qué sucedió con su aportación, como también qué cambios ayudó a conseguir mediante el trabajo de la organización, ha cobrado mayor relevancia en el sector filantrópico al menos en los últimos 5 lustros. Una gama de ofertantes de servicios se ha presentado, desde los que desarrollan una metodología para “calificar” o “certificar” la capacidad institucional para que ésta sea digna de recibir donativos de acuerdo a su perspectiva inspirada en las calificadoras de países como Standard and Poors y Moody’s.
Éstas cobran el proceso de “certificación” al potencial donante por lo que juegan un doble papel, son juez y parte, y lo más grave es que de su enfoque depende que la organización evaluada pueda ser objeto de discriminación en el otorgamiento de donativos. Así lo que se trataba de destacar que era el grado de confiabilidad, se reduce a una opinión del evaluador que, por cierto, no cuenta con experiencia como organización filantrópica y no conoce a fondo las vicisitudes que este tipo de asociaciones enfrenta en el día a día.
Otros esfuerzos tendientes a la centralización de todos los aspectos se llevan a cabo en varias organizaciones que ofrecen servicios para asociaciones no lucrativas y han erigido complejos sistemas para captar información sobre el nivel de desarrollo institucional para condicionar brindar o no el servicio. Lo anterior no tiene nada de perjudicial sino hasta que aparecen las tentaciones de “calificar”, “clasificar” o “etiquetar” a juicio de quien lo hace para saber si son dignas de sus servicios. Con ello se genera un acto de discriminación basado en querer dilucidar a quién si y a quién no ayudar. Lo paradójico de esto es que en México el sector filantrópico está prácticamente en ciernes donde hay una pirámide que tiene una amplia base de organizaciones que están iniciando, que se encuentran en etapas de trabajo hacia su institucionalidad, que requieren de apoyos para su sostenibilidad y en la cúspide un número reducido de organizaciones que ya son ejemplares. El peligroso resultado es que las que siempre reciben apoyos, recibirán más en detrimento de las que lo necesitan para crecer.
Pensar ayudar solo a las organizaciones de la cúspide es un galimatías, pues entonces si las que más necesitan apoyo no lo reciben por estimaciones subjetivas que marca el evaluador o calificador, ¿entonces cómo se va a desarrollar el sector?, ¿Cómo se va a desarrollar la confianza entre las organizaciones y los donantes?
Bajo la óptica de ayudar a incrementar la confiablidad de la organización nació por iniciativa de la Fundación del Empresariado Chihuahuense (FECHAC), la asociación Confío, Construyendo Organizaciones Civiles Transparentes, que desde ese estado brinda un servicio basado en lo que dice su nombre, incrementar la confianza pública en estas organizaciones mediante la transparencia y la rendición de cuentas. Precisamente se enfoca a ayudar a las organizaciones de la base de la pirámide.
Su metodología: facilitar la detección de las áreas de oportunidad para consolidar su desarrollo institucional, con un actuar ético y disposición a informar en todo momento qué sucede con las donaciones de sus donantes (de dinero, tiempo y talento). Confío se apoya de donativos de empresas, fundaciones y público en general, instancias que comprenden la necesidad de contribuir al desarrollo del sector, no a etiquetarlo; trabajar por su fortalecimiento y no encasillamiento; procurar que los recursos lleguen, en lugar de promover una sequía.
Confío tiene una alianza, precisamente con la Fundación Lealtad de España. Ana Benavides, su directora es miembro del Consejo Directivo. Tanto Fundación Lealtad como Confío dirigen su discurso a que parte de la inversión social que hace cualquier programa de Responsabilidad Social Corporativa vía empresa o su fundación, puede sumar su visión como un fortalecedor y desarrollador del sector social en México y España. Allá se ha avanzado como lo señala la nota de Navarra Capital, acá el esfuerzo de convencimiento es todavía mayor pero como bien lo apuntó una nota publicada por el Instituto Tecnológico de Monterrey en “Promueven los procesos de transparencia en las organización civiles” (febrero 8 de 2018), que “más del 70% de las organizaciones que son evaluadas por Confío incrementan su valor en activos fijos e incrementan sus ingresos”, porque han edificado un puente de entendimiento y confianza con sus donantes.
Por ello cobra gran relevancia el encuentro internacional que se llevará a cabo en mayo 18 de este año, cuando la Ciudad de México sea sede de la reunión general anual conferencia anual del International Committee on Fundrasing Organizations, de la cual Confío es la única organización en latinoamérica afiliada a esa destacada red que trabaja a nivel internacional para incrementar la confianza en el donante.
El espacio Fundaciones Empresariales que pueden encontrar en www.expoknews.com dará mayor información a sus lectores para que asistan a la reunión abierta de ese día.